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Wednesday 31 January 2007

Lema del Blog: Conócete a ti mismo

No, no es el título de un libro de auto-ayuda, muy de moda hoy día. Por Dios, intento hacer algo serio con esto, y seria muy triste empezar tomando en serio a esta gente que se dedica a escribir literatura en una tarde, el mismo tiempo que utilizó Ana Rosa para escribir su primer gran libro (o no lo escribió ella en realidad?). Bueno da igual, hablar mucho de ello, incluso para criticarlo es darle más importancia de la que merecen estos temas y pseudobiblias "tengolarespuestaparatodo". Vamos a lo serio.
Tras darle vueltas a la idea de un lema que encabezase la entrada a mi blog, decidí tener en cuenta una de las más ilustres frases que se han conformar en la filosofía y que ha venido marcando el camino del pensamiento en todo su extensión y a través de los tiempos: "Conócete a ti mismo". Una frase tan clara como ambigua a la par que no deja indiferente a nadie. Una obviedad aparente con vocación de universalidad que se torna paradoja al intentar ser arrastrada a lo particular por la razón particular. Dejándonos de elucubraciones taciturnas, esta maravillosa frase aún carece de un origen claro. Todo el mundo ducho en estos temas, sabe que era la frase que estaba inscrita en la entrada al Templo de Delfos (viejo instrumento de manipulación política, sólo hay que conocer someramente las grandes hitos de la historia determinados por este mismo entre los que destaca Alejandro Magno y la respuesta del Oráculo sobre si tendrá éxito en su viaje a Asia, pero esto es otra historia que puede que cuente otro día).

Siguiendo con el tema, no está claro aún quién pudo haber acuñado dicha frase con una cierta profundidad argumental como para haber marcado, como ya he dicho, el desarrollo del conocimiento filosófico. Se atribuye a uno de los siete sabios, a presocráticos como Heráclito, no sé, nadie se atreve a otorgar la autoría a ninguno. No obstante, sí que se conocen reflexiones destacadas por Sócrates (al que se le atribuye la autoría por algunos), Platón, San Agustín, Confucio, etc..., y me atrevería a atribuir uno de los desarrollos más destacados por uno de mis filósofos favoritos Montaigne. Más importante que el origen, ya que al fin y al cabo su misteriosa procedencia la hace más nuestra al no otorgar derechos de autor a nadie, es su significado. Dicha frase ha sido tomada como una referencia a la preparación a la búsqueda del conocimiento, de una prognosis necesaria en todo individuo para llevar a cabo uno de los fines más loables, el estudio del conocimiento como fin en si mismo (esto último muy importante y de difícil defensa hoy día). Sócrates acertó al afirmar que antes de intentar conocer en profundidad todo lo que rodea a uno, es preciso conocerse a uno mismo. Y no sólo prepararse en lo racional sino también en lo irracional al más puro estilo pitagórico, es decir, lo espiritual (suena a Freud), pues atender a la sabiduría solamente es posible desde la plenitud directa y consciente de los capacidades, límites y sentir propio del ser humano.

Pues este es mi lema, conócete a ti mismo, y eso es lo que intentaré hacer aquí. Instrumentalizaré dicho espacio electrónico para poder explorar los recodos más oscuros de mí mismo, con la ayuda de ustedes. Es decir, comenzar esta larga de travesía de autoreconocimiento de uno mismo para poder con ello llegar a mi destino. Me viene a la cabeza la similitud con la Odisea de Ulises, un viaje forzado que al fin y al cabo no tenía más fin que dar a conocer al protagonista su verdadero carácter para poder afrontar aquello que le espera en su destino, Ítaca. Esto mismo es lo que intenta este blog (cosa que se podía haber hecho con menos palabras) servir como una senda de aprendizaje, de autoreconocimiento del "hombre en la palabra escrita", como antesala a un objetivo más maduro que vendrá asimismo configurado por el mapa de ruta que uno mismo decida tomar, ya que, en definitiva, lo que importa es el camino más que el destino.

Tuesday 30 January 2007

Inaguración

Primer día de publicación de las elucubraciones nocturnas de un inquieto duende.