Matas se retira tras la derrota en los pactos. Dice no verse como futuro candidato a las elecciones de 2011 y por eso no tiene sentido hacer oposición. No obstante, lo que me preocupa no es eso, sino las consecuencias de esta decisión, y es más, su relación con el término de Calvià. Aunque Carlos Delgado (el rey sol calvianer) mostró su apoyo al expresidente autonómico, quien ha efectuado las críticas más duras tras los resultados electorales, no asistió a la reunión. Las diferencias entre el exdirigente autonómico y alcalde calvianer son claras y públicas, al igual que las intenciones de Carlos Delgado de extender su influencia política más allá de lo límites de su ámbito de poder.
Carlos Delgado, tras basar su campaña política en un lenguaje político y electoral propio de unas elecciones generales y autonómicas, trasladando issues de competición nacional a ámbito local (cosa insólita y que llama la atención), no esconde sus intenciones de emprender una carrera política más ambiciosa. Esto implica el salto a elecciones autonómicas o ¿!generales?!, ya veremos.
La verdad es que nuestro alcalde está crecidito tras la mayoría absoluta obtenida (hecho sin precedentes en un municipio como Calvià) y no hay más que ver sus primeras políticas: la subida de sueldo. "La primera teniente de alcalde del ayuntamiento de Calvià, Teresa Martorell, justificó ayer la subida de sueldo del 50 por ciento del alcalde Carlos Delgado (PP) - que pasará a tener unos ingresos anuales de unos 90.000 euros- con el argumento de que es un salario "justo" que sirve para "dignificar" la función pública y remunerar la "entrega" demostrada por el primer edil en estos cuatro años. Sobre este asunto, Delgado se limitó a añadir: "Se trata de un tema subjetivo. El tiempo dará o quitará razón"" (Diario de Mallorca).
Sorprendente!!! Según parece el voto dice algo más que lo que podríamos creer. No consigo ver la inferencia causal que le condujo a esta subida de sueldo. Los votos de los votantes no han mostrado nada más que usted continúe gobernando, lo demás es responsabilidad del político. El ciudadano con su voto concede la autoridad y potestad para tomar decisiones, a partir de ahí, la responsabilidad es sólo suya, y si decide subirse el sueldo, debería justificarlo con mayor profundidad. El que uno gane con mayoría absoluta (50% de los votos o más) no presupone una subida del sueldo proporcional a esta mayoría.
Ojo que la cosa no queda ahí. Teresa Martorell siguió la defensa del incremento salarial: "El alcalde ha demostrado su entrega en estos cuatro años y los ciudadanos entenderán que las personas que se han volcado en ellos, que no han tenido vacaciones ni fines de semana, son merecedoras de un aumento de sueldo". Alguien se cree esto??? Ahora entiendo porque se han contratado más de 40 asesores con sueldos astronómicos, para darles descanso a los políticos. Entonces, si pagan a esta gente, para qué subirse el sueldo??? Pretenden seguir trabajando a destajo durante esta legislatura como para aumentarse el sueldo??? entonces para qué contratan tanto asesor que les pueda quitar trabajo??? No entiendo el modelo de descentralización administrativa que el señor alcalde tiene en mente: subirse el sueldo para pagarse las vacaciones mientras trabajan los asesores??? asesores cuyos nombramientos son una muestra clara del rent-seeking y office-seeking, dando ocupaciones a aquellos individuos que se han quedado sin él tras la inesperada derrota del PP a nivel autonómico. Qué gran amigo de sus amigos!!!
Y aquí va la última joyita: "la primer teniente de alcalde alegó que, desde 1999, no se había producido ningún incremento de retribuciones, al tiempo que destacó la necesidad de equiparar los salarios a los vigentes "en el mercado". "¿Sueldos de mercado? Desde luego, del mercado de la política no son. Matas, Cirer o Rodríguez Zapatero cobran menos que Carlos Delgado", le replicó luego el portavoz socialista". Ahí estuvo muy avispada la oposición, y ha dado respuesta a una de mis incógnitas surgidas en el momento que afirmó que "Calvià debe pronunciarse y posicionarse ante los grandes asuntos de Estado, nacional o autonómico. Y debe hacerlo ´sin complejos". Dejó entrever su intención de trascender el ámbito municipal para hacer sentir su voz en otras esferas políticas, aunque no concretó de qué manera lo llevaría a cabo. Ya tengo la respuesta: pensará que su opinión es igual de válida e influyente si iguala o supera el sueldo del resto de políticos de otros ámbitos. Quién sabe, a lo mejor surge efecto.
Vemos que el PP tiene un claro candidato a la sucesión comprometido con los principios e idearios de la política conservadora. Matas ya ha renunciado y ahora queda ver quién será su sucesor, en una carrera emocionante donde nuestro alcalde ya ha movido ficha ofreciendo cargos a aquellos "asesores" que antes dependían de Matas.
Sin embargo, más alarmante es su idea de lo Político como una empresa en la cual si se cumplen los objetivos tienes derechos a incentivos o algo así. Para empezar, el político no es un empresario, por favor, no confundan los términos (ni siquiera A. Downs lo hace, sólo lo utiliza como analogía explicativa). Mejor dicho, ni los ciudadanos somos accionistas de una empresa, ni los políticos son los gestores y directores de la misma. Los votantes damos votos y con ello la autoridad para tomar decisiones, ni subidas de sueldo ni vacaciones. Si usted decide subirse el sueldo y contratar asesores, no trate de justificarlo a partir de gestiones pasadas, quién sabe, a lo mejor su reelección no tuvo nada que ver con lo que usted hizo, pudo deberse a algo que va más allá de su gestión local como por ejemplo la situación general de la economía, no es así. Las decisiones políticas deben ser justificaciones desde lo que supondrá una mejor gestión política o administrativa del beneficio, pero no de situaciones o conjeturas de difícil y dudosa justificación (véase más arriba el tema de las vacaciones).
La responsabilidad de sus decisiones se deberán al político y no al ciudadano, a través de argumentos a favor del interés común o bien general, pero no ha razones "subjetivas" como usted ha dicho, por dios!!! Esto si que no entra en cabeza de nadie. Si usted quiere dignificar la política, no vaya por ahí ninguneando al ciudadano y tomándole por tonto. Que desea dignificar esta profesión (por llamarlo de alguna manera para que el señor Delgado lo entienda), por favor súbase el sueldo, pero eso sí, anuncie que esto se verá correspondido con una mayor control fiscal de sus cuentas o monitorización de sus acciones. Una subida de sueldo puede justificarse a partir de la prosecución de la independencia política del gestor, pero no con el simple argumento de "por que yo lo valgo", lo cual demuestra la vanidad de la ejecutiva.
Puede que en época de Cicerón la responsabilidad del pueblo era absoluta, incluso sin poder elegir a sus gobernantes. ¿Cuando Cicerón pronunciando una hermosa peroración en defensa de la ley Manilia, consiguió que todos los romanos votasen en favor del gran Pompeyo? No es así, la elección ya estaba decidida, solamente se buscaba una aclamación popular que justificara ante eterno tribunal del tiempo dicha decisión, otorgando por dicha inarticulada masa de ciudadanos en el foro la dignitas et gloria al general Pompeyo. Gran aleccionador sobre la responsabilidad ciudadano siguió siendo cuando no dejó de remarcar que si Pompeyo fracasaba en la guerra inminente que se avecinaba, los únicos responsables eran ellos por haberle otorgado la autoridad, a la par que también lo eran si no lo elegían por ser el más idóneo para tal tarea. Es decir, que cualquier decisión del General era responsabilidad de la ciudadanía que delegó. No cabía esperar otra argumentación en la cual sus aliados no perdieran para un gran maestro del oxímoron.
Desde tiempos ancestrales hemos venido arrastrando esta concepción de responsabilidad política que muchos políticos asumen, entre éstos, Carlos Delgado. No obstante, las cosas cambian y creo que los ciudadanos comienzan a saber lo que vale un voto y las consecuencias perversas de los abusos de poder. El tema de la atribución de responsabilidad es aún difuso, no obstante, habría que dejar claro que menos clara está aún la responsabilidad del ciudadano en casos tan polémicos como éste, cuando se toman decisiones que ni siquiera están en el programa política que el votante voto. Más allá de este programa, lo que encontramos es una discrecionalidad de la cual el político es responsable y que necesita justificar profundamente desde la coherencia y seriedad decisiones tan polémicas. Si lo consigue, no tendré nada más que objetar. Aunque podría dar más razones y profundidad a lo que he dicho, paro aquí por no cansarme ni ofuscarme más antes una noticia que me ha indignado. Pero insisto: los ciudadanos con nuestro voto no firmamos cheques en blanco.
