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Saturday 17 February 2007

La poesía de la vida

Hoy parezco estar totalmente inspirado (o sin ganas de escribir un paper), pero bueno, cualquier excusa es buena para dar un consejo a un amigo. Acabo de leer un fragmento muy ilustrativo que espero que entiendas:

"...se le ocurrió una idea que superaba todo lo que hasta el momento había visto o vivido: el cuarto de baño no estaba cerrado y Magda no le había dicho que se iba a bañar. Podía hacer como que lo ignoraba y, como si nada ocurriera, entrar al cuarto de baño. Una vez más volvió a palpitarle con fuerza el corazón, se imaginaba cómo abría la puerta y decía: sólo vengo a buscar un cepillo y pasaba al lado de Magda, que no sabía qué decir; su hermosa cara se avergonzaba igual que se había avergonzado cuando durante la comida no había podido contener el llanto; y él pasaba al lado de la bañera hasta el lavabo sobre el que estaba el cepillo, lo cogía, se detenía luego junto a la bañera y se inclinaba sobre Magda, sobre su cuerpo desnudo que veía a través del filtro verdosos del agua y volvía a mirarla a la cara, aquella cara que se ruborizaba, y la acariciaba... Cuando se iba imaginando todo esto, lo iba envolviendo una nube de excitación que le impedía ver nada y no era ya capa de pensar en nada.
Para que su entrada pareciera completamente natural, volvió a subir sigilosamente las escaleras y luego las bajó pisando ruidosamente cada uno de los peldaños; sentía que le temblaba todo el cuerpo y le entró miedo de pensar que no iba a ser capaz de decir con voz serena y natural sólo vengo a buscar el cepillo; sin embargo, siguió adelante y cuando ya estaba casi al lado del cuarto de baño y el corazón le palpitaba de tal modo que casi no podía respirar, oyó: Jaromil, me estoy bañando! No entres!. Respondió: no, si voy a la cocina, hizo como si cogiera algo y regresó de nuevo a su habitación.
Entonces se el ocurrió que las inesperadas palabras de Magda no eran motivo suficiente para una rendición tan precipitada, que podría haber dicho Magda, yo sólo vengo a buscar el cepillo y entrar, pues Magda no se lo hubiera dicho a nadie: lo quería mucho, porque él siempre había sido bueno con ella.(...) esta posibilidad ya se había perdido para siempre y Jaromil ya sólo oyó después el suave sonido del agua que se iba de la bañera a las lejanas cañerías; la maravillosa oportunidad irremisiblemente perdida lo abrumaba, porque sabía que no iba a ser fácil que volviera a quedarse otra tarde solo con Magda en casa (...)
Escribió un poema. Leyó y releyó muchas veces su poema con voz patética, declamatoria, y se sintió entusiasmado. En el fondo del poema estaba reflejada Magda en la bañera y él con la cara oprimida contra la puerta; no se encontró, por tanto, fuera de los límites de su vivencia; pero estaba muy alto por encima de ella; el descontento consigo mismo se había quedado abajo; allá abajo las manos le sudaban de miedo y la respiración se le aceleraba; aquí arriba, en el poema, se hallaba muy por encima de sus miserias; la historia de su propia cobardía se había convertido en una simple rampa de lanzamiento sobre la cual volaba ahora; ya no permanecía sometido a aquella vivencia sino que la vivencia estaba sometida a lo que había escrito."

Amigo mío, seguimos escribiendo poesía de lo que pudo ser en la intimidad del papel, o por el contrario, pintamos vivencias del realismo con trazos de amor correspondido y de amor frustrado en el lienzo de nuestra vida. Y, aunque no lo parezca, los niños saben mucho más del amor que nosotros, los adultos: "El niño vi que la figura de la mujer que se movió, pero hacia atrás, desapareciendo en la oscuridad. La ventana estaba abierta y él interpretó que era una invitación, una orden que le llegaba como silenciosa confidencia. No pudo resistir más. Saltó sobre el pretil. La ventana estaba separada del puente por un hueco profundo acabado en un dura empedrado. La cartera le molestaba; la lanzó a través de la ventana a la habitación oscura y luego saltó tras ella."

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