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Sunday 3 June 2007

Quien no se consuela es porque no quiere

Hasta que punto puede llegar uno por un amor desmesurado a la ciencia: "Excluyen los placeres de las matemáticas. Y sin embargo (...) los placeres de la geometría y de la astronomía y de la armonía poseen un atractivo multifacético, en modo alguno menos intenso que los encantos del amor; nos arrastran utilizando los teoremas como hechizos (...) Ningún hombre hasta ahora, habiendo tenido trato con la mujer que ama, ha sido tan feliz que haya ofrecido un buey en sacrificio; tampoco nadie ha rogado a los dioses quedar muerto en el acto a cambio de tener su ración de carne o de pasteles. Pero Eudoxo rogó ser consumido por las llamas como Faetón a cambio de poder aproximarse lo suficiente al sol y determinar la forma, el tamaño y la composición de los planetas; y cuando Pitágoras descubrió su teorema, sacrificó un buey, como cuenta Apolodoro" (Plutarco)

Pero ésta es mejor: "No querían mirar el rostro descubierto de la fortuna, de modo que se volvieron a la ciencia. Como resultado, se vieron libres de su dependencia de la fortuna; pero no de su dependencia de la ciencia" (Hipócrates)

Que gran sabio este último, este sí que entendió de que iba la cosa. Cuando empiece a pensar como el primero espero que alguien me recuerde la máxima hipocrática para romper la dependencia, jajaja.

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